El bebe o niño de entre 12 y 30 meses
Entre el año y medio y los dos años y medio, comienzan los “NO!… MIO!”
No hay comprensión, no existe diferenciación entre el adentro y el afuera de “él mismo”, de su ser, todo lo que ve y está a su alcance, puede quererlo para él y se lo apropia. ¡Definitivamente es de “él”!
Dependiendo de su curiosidad y capacidad de exploración, hay niños que quieren todo y otros más selectivos o menos curiosos, observadores y calmos.
En esta etapa es de gran importancia:
- Aprender a anticiparnos a través del ritmo diario. Cuando un niño experimenta la providencia a través de vivenciar todos los días una rutina, generamos en él dos cualidades fundamentales para la vida, confianza y seguridad.
- Aprender a descifrar los códigos del llanto. Los llantos del bebe o niño son distintos, la queja por el pañal sucio o por hambre nunca es la misma.
Aprender a facilitar el orden de la casa. No dejar a su alcance objetos que no pueda agarrar o tocar (celulares, alarmas de autos o casas, elementos cortantes o punzantes, objetos de valor o frágiles, etc). Adecuar el ambiente para que a su altura este lo que necesite, a lo cual pueda acceder.
- Tener reglas básicas entre adultos. (ver capitulo reglas)
- Aprender a tener presencia plena y completa en los 5 cuidados básicos, para que alguno de éstos no resueltos se torne motivo de demanda desmedida en situaciones que así lo requieran.
- No ofrecer pantallas ni tecnología. Pues estas anulan el ser interior del niño. Anulan el despliegue motor matando conexiones neuronales y apagan el cuerpo con necesidades, al apagar la pantalla el cuerpo y mente del niño se sienten en total desarmonía. Antes de los 3 años no exponer al niño a pantallas, pues funciona igual que la droga en los adolescentes.
Todos seguimos aprendiendo día a día…
Coloca aquí la palabra “aprender” pues como adultos, esto no es algo que nos viene dado, sino que debemos tomar conciencia de ello y cambia a medida que el niño crece.
En esta etapa, cuando sabemos que habrá cambios en las rutinas (mudanzas, cuando la mamá empieza a trabajar, nacimientos de hermanos, contratiempos, etc) y el pequeño se muestra molesto, podemos anticiparnos a tener más paciencia, tolerancia a la molestia y su manifestación. Tanto los adultos como los niños aprendemos de esta manera a adaptarnos a situaciones nuevas, pues ya tenemos incorporadas las cualidades básicas para la resiliencia, la confianza y la seguridad.
En el final de esta etapa podemos vislumbrar como los niños comienzan a decir:
- Juan quiere agua.
- Juan tiene caca.
- Juan…. etc, etc.
Colocan primero su nombre, hablan en tercera persona. Esta etapa es intermedia en entre el MÍO y el YO! Aunque no desaparecen.
tiempo y lugar? . Puedo decirle al niño: “déjame pensar” y tomarme unos minutos para evaluar la situación, para que ante los gritos que nos molestan no tomemos decisiones apresuradas, haciendo luego responsable al niño cuando algo sale mal.
- Mantener la calma y acompañar. En estos momentos los niños expresan al máximo su enojo. Es de gran importancia que no suprimamos la emoción, sino que tengamos al capacidad de que así como a nosotros los adultos nos gusta que nos abracen cuando nos frustramos por alguna situación, ellos también sienten la necesidad de que su emoción sea aceptada.