“El niño a la hora de dormir y descansar profundamente”
Todos los ciclos que vemos en la naturaleza forman parte de un gran ritmo: las estaciones del año, los meses, los días de la semana, el día y la noche. Todos ellos son procesos rítmicos naturales que no se detienen, permitiendo un constante equilibrio.
Podemos comparar estos ciclos con la vigilia diaria y el descanso nocturno. Como una gran respiración; durante el día el niño inspira, el alma que se encuentra unida al cuerpo, toma, se nutre de todas las vivencias, experiencias que tiene en su estado de vigilia, cuando uno está despierto y activo.
Durante la noche, en el sueño profundo, el alma se despega del cuerpo, se retira, quedando en éste los procesos físicos y fisiológicos que se regeneran. Al retirarse las emociones, sucede aquí una exhalación profunda y junto a ella una especie de “digestión” (asimilación y secreción) de esas experiencias vividas durante el día. Esta “digestión nocturna” de las experiencias del día se realiza en otros planos, tanto niños como grandes experimentan a través del sueño profundo una asimilación de aprendizajes que se van guardando en el interior como huellas que construyen la biografía humana. El sueño profundo repara así el cuerpo fisiológico y el cuerpo emocional.
“El niño cuando más crece
es cuando juega y cuando duerme”
¿Cuántas horas necesita dormir un niño? Si este duerme 8 horas es igual a un adulto que duerme 4. Un niño necesita dormir entre 10 y 12 horas corridas. Es por ello fundamental que si nuestro hijo se levanta a las 7 de la mañana para ir a la escuela pues contemos 10 horas para atrás y esa es la hora en la cual ya debe estar dormido.
Podemos hacer un chequeo de las horas que necesita descansar nuestro niño: hacer la prueba un día viernes, permitiendo que se duerma a las 21hs (no pasada esta hora) y ver a qué hora se levanta al día siguiente. Esa va a ser la cantidad de horas que ese niño necesita dormir.
Claves para lograr la entrega plena de los niños a un descanso revitalizador:
Luego del baño habitual y la cena es de gran importancia ofrecer al pequeño la presencia plena del adulto: a la hora de acompañar el ritual para ir a dormir hacer el esfuerzo de no pensar en los quehaceres de la casa ni en cosas del trabajo o en preocupaciones cotidianas. Para que alguien se entregue tiene que haber otro alguien que reciba y eso es lo que debe sentir un infante en este momento diciendo en su interior –Me entrego al sueño
Los niños con “problemas de sueño” por lo general les cuesta entregarse al descanso, se despiertan varias veces de noche, presentan problemas de enuresis, por ello es importante identificar cuáles pueden ser las posibles causas.
Elementos del día que pueden perturbar un descanso pleno y profundo durante la noche:
Recomiendo mi curso de Tacto y Envolturas para niños con dificultares de conciliar el sueño, enuresis o que se despiertan a mitad de noche y se pasan a la cama de sus padres.
Oraciones de agradecimiento antes de ir a dormir:
“De la cabeza a los pies soy imagen de Dios,
el corazón a las manos siento el soplo de Dios,
si hablo con la boca sigo la voluntad de Dios,
porque Dios está en todo lo que veo,
en mi madre, en mi padre, en todas las cosas queridas.
en el animal, en la planta, en el árbol y en la piedra
no tengo miedo de nada,
solo el amor de todo lo que está a mi alrededor”
Rudorf Steiner.
Mi corazón agradece
que mis ojos puedan ver,
que mi yodo pueda escuchar,
que yo pueda vivenciar consciente
en madre y padre,
en todo ser querido,
en estrellas y nubes,
la luz de Dios,
el amor de Dios,
que a mi, cuando duermo,
iluminándome,
amándome,
colmándome de gracia,
me protegen.